Por Mauro Libi Crestani. Todo negocio,
empresa o emprendimiento establece relaciones a lo interno y a lo externo con
públicos o actores, conocidos como “públicos interesados”, que son todas las
personas a quienes la organización afecta y quienes reciben su impacto, el cual
puede ser positivo o negativo.
En este
sentido, vemos que la empresa o emprendimiento puede dirigir sus prácticas
responsables a unos u otros, es decir al interior o al exterior de dicha
organización.
En lo que
al interior de la empresa se refiere, los públicos que en ese ámbito se
encuentran son los colaboradores, accionistas y las distintas gerencias, entre
otros.
En el
exterior de la empresa están los proveedores, la clientela y la comunidad en
general.
Por tanto,
es muy importante que toda empresa o emprendimiento delimite muy bien su campo
de acción y de impacto.
Pensando
en esto surge una herramienta que se ha denominado la pirámide de
responsabilidad social empresarial, la cual le permite a las organizaciones
definir las áreas de impacto en términos de RSE. A través de este instrumento se fijarán las políticas al
respecto. De la pirámide de RSE
hablaremos en detalle más adelante.
Las
prácticas empresariales a lo interno se enfocan en los valores y principios de
transparencia que afectan de manera directa a los colaboradores, los
accionistas, los cuadros gerenciales, es decir, a los actores internos que
citamos con anterioridad.
Entretanto,
las prácticas externas tienen que ver con la cadena productiva de la empresa,
es decir, los proveedores, clientela y consumidores. Estas acciones abarcan
aspectos relacionados con el medio ambiente, las comunidades y el
Estado.
Es imposible que una empresa sea responsable a lo externo si antes no lo es a lo interno.
Las
organizaciones que a lo interno no enfrentan problemas de envergadura (sólo las
dificultades cotidianas comunes en todas las empresas), en la que sus
colaboradores mantienen un clima de armonía y están identificados con la
empresa, que es transparente y cumple con la ley, pueden proyectarse de mejor
manera a lo externo.
Sólo
cuando a lo interno estén cumplidos los requerimientos de responsabilidad
fundamentales, la empresa u organización podrá emprender acciones de impacto a
lo externo y hacerlo con resultados positivos. Es que cuando en casa las cosas
están claras, cuando la ética rige a lo interno, cuando no se le debe nada a la
ley, se transmitirá mayor confianza a los proveedores, la comunidad, la
clientela, el gobierno y la sociedad en general.
La Responsabilidad Social Empresarial, RSE,
permite la conformación de conglomerados, conocidos también como “clusters” que
facilitan la relación con los clientes y proveedores con miras a la
construcción de cadenas de producción socialmente responsables. De esta manera
se podrá hablar de un producto o servicio socialmente responsable.
Es de esta
manera como la empresa amplía sus círculos de influencia, de lo interno a lo
externo, y ya con la mirada en el exterior las organizaciones buscan establecer
vínculos con la comunidad identificándose y colaborando con sus planes, con el
municipio, con la región y, finalmente, con la nación.
El
liderazgo de las empresas entre su entorno se alcanza cuando se establecen
prácticas que terminan configurándose como parte de la estructura
organizacional, de manera permanente, en las que todos los colaboradores y
actores internos fomentan una cultura empresarial estrechamente relacionada con
su entorno. Mauro Libi Crestani.
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