martes, 12 de julio de 2016

Mauro Libi Crestani: La conveniencia de practicar la Responsabilidad Social Empresarial

Por Mauro Libi Crestani. No hay dudas en cuanto a la contribución que el desarrollo económico hace al bienestar a los países, pero aún hay mucha labor que realizar para que dichos réditos tengan también impacto en lo social y ambiental. No lo negamos, está ocurriendo, pero hay que insistir en ello para así contribuir en la construcción de sociedades más justas. Los beneficios económicos de los negocios tienen que tener eco en los medios sociales y ambientales en los que están enclavados.

Una buena manera de convencer a los empresarios de sumarse al tren de la Responsabilidad Social Empresarial es presentarles el incremento que los indicadores experimentan cuando la sociedad también obtiene dividendos del desarrollo que las empresas experimentan. 

Y es que la Responsabilidad Social Empresarial se ha convertido en la actualidad en un valor agregado y una ventaja competitiva para la empresa. 

No en balde es ya una certeza que las empresas y emprendimientos exitosos se sustentan en el hecho de que poseen un capital adecuado, una buena gerencia, sus productos y servicios son de calidad, tienen un amplio dominio de la tecnología, cuentan con un buen servicio al cliente y tienen una estrategia integral de responsabilidad social. 

Así tenemos que para la estrategia para la construcción de valor en las empresas pasa por el hecho de que los beneficios estén dirigidos no solamente a los clientes y accionistas, sino también a la  satisfacer las necesidades de todas las partes interesadas, entre ellas la sociedad.

Las empresas tienen grupos de interés básicos que a su vez se pueden englobar en otros tres grupos. Así tenemos los grupos de interés consustanciales, que incluye inversionistas y asociados, en virtud de su interés financiero.

Luego están los grupos de interés contractuales que son los mantienen contrato formal con la empresa. Aquí encontramos a proveedores y clientes —o consumidores—, los directivos y colaboradores.

En tercer lugar están los grupos de interés contextuales a quienes corresponde trabajar en procura de la credibilidad de las empresas y la aceptación de sus actividades: este grupo incluye a las autoridades de gobierno y legislativas; las organizaciones sociales y comunidades donde opera la empresa: los competidores, en su relación con el mercado; y el medioambiente, dada la  sustentabilidad de los recursos presentes y futuros.
Es fundamental el contacto y el diálogo permanente de la empresa y sus partes interesadas.

Es así como las empresas han dejado de percibir la responsabilidad social como un tema limitado a las acciones sociales o ambientales que puede llevar a cabo toda organización en su comunidad, sino que tiene que ver con interacción con los diversos públicos de la empresa.

A través de la RSE las organizaciones se involucran con la sociedad y la comunidad, lo cual redunda en un beneficio propio, puesto que toda acción que las empresas emprendan para beneficio de su entorno, se convierte en lealtad de las personas que integran el medio circundante para con estas empresas y sus productos y/o servicios.

Sigueme @maurolibi12

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