lunes, 11 de julio de 2016

Mauro Libi Crestani: Consejos para manejar personal con problemas


Ojala no sea su caso, pero de ser así, el manejo del personal indisciplinado e insubordinado es un asunto que hay que llevar muy inteligentemente. En las organizaciones suele haber empleados difíciles que es preciso aprender a manejar. 

Los problemas de asistencia, abuso de alcohol o insubordinación son los inconvenientes más comunes.

Le corresponderá al gerente general o al departamento de recursos humanos maniobrar con mucho tino para resolver esta situación. Lo importante es administrar de manera adecuada las medidas correctivas y disciplinarias a implementar con buen juicio y sentido común.

Los problemas de asistencia tienen que ver, bien con ausentismo laboral como con los retrasos o impuntualidad. Este es un serio problema que es motivo frecuente de despidos por causa justificada.

El ausentismo o la impuntualidad trastocan las labores del resto de empleados que sí cumplen con su deber, pues se ven obligados a cubrir las labores de quien falta.

Es importante que el encargado de recursos humanos aprenda a distinguir al empleado irresponsable de aquel, o aquellos, que pueden incurrir en ausentismo o deban llegar tarde por motivos justificados, tales, como enfermedad, problemas de los hijos, clima y hasta creencias religiosas. 


Algo que hay que tener en cuenta es si las normas de asistencia de la empresa son justas. Debe haber flexibilidad en las reglas que prevean las situaciones de emergencia o imprevistos que todo el mundo puede tener en alguna oportunidad.

De cualquier manera hay que hacer saber a los empleados los problemas que ocasionan sus faltas, de manera que estas se produzcan por motivos plenamente justificados.

Es menester siempre tomar en cuenta el historial laboral del trabajador, los años de servicio, la razón de la ausencia y la probabilidad de que mejore la asistencia.

Hay que estar atentos a los casos en que el ausentismo sea sistemático, para establecer si hay una razón que esté generando ruido dentro de la empresa, tal como un trabajador desagradable o conflictivo, el trabajo desmotivador, imposibilidad de conciliar las actividades laborales con las personales, mala o incorrecta supervisión, abusos. En este caso, en lugar de medidas disciplinarias lo que aplica es implementar correctivos y reestructurar la organización.

Cuando la insubordinación es el problema, cuando el empleado se niega a obedecer las órdenes de un supervisor o cuando el trabajador agrede a su jefe inmediato, entonces es necesario actuar. En el primero de los casos es preciso implementar medidas disciplinarias progresivas, que van desde la amonestación hasta la suspensión o despido.

Pero, ojo, hay dos excepciones que permiten la insubordinación por desobediencia: las actividades ilegales y aquellas que pongan en riesgo la seguridad.

Los departamentos de recursos humanos deben establecer medidas de apelación a las acusaciones de comportamiento insubordinado. 

El abuso de alcohol es un verdadero problema. El consumo de este tipo de bebidas en el trabajo o el asistir a laborar bajo sus efectos, es un comportamiento grave que exige la aplicación de una férrea disciplina. 

Las sanciones que este tipo de falta van desde la suspensión al despido.

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