Para nadie es un secreto la dificultad que en algunos países
reviste la búsqueda de información pública, con lo que la toma de decisiones se
hace más difícil tanto a nivel individual, como empresarial e institucional.
Esto nos lleva a establecer qué requisitos debe reunir la
información pública para que sea efectiva y confiable a los ojos de los
ciudadanos y las organizaciones.
Así tenemos que la información pública debe ser, primero,
atractiva desde el punto de vista visual; asimismo tiene que ser útil, es decir
servir para distintos propósitos; accesible con facilidad a través de formatos
amigables y obtenible en tiempo real; actualizada, es decir, contentiva de los
últimos datos disponibles; adaptable a las necesidades del usuario.
La información pública debe satisfacer las necesidades de
los ciudadanos y las organizaciones al brindar datos relevantes que faciliten
la toma de decisiones en todos los órdenes de la vida.
Así, los datos emanados de las alcaldías, por ejemplo, deben
servir tanto para el establecimiento de negocios, como para la elaboración de
proyectos, como para levantar estadísticas.
Con los datos que aporte la información pública debe poderse
constituir asociaciones o comunidades de diversos intereses, o facilitar
trámites para la expedición de licencias o certificados, entre otros fines.
Lamentablemente esto no siempre es así y la información que
emana de los organismos públicos dista mucho de poder satisfacer las diversas
necesidades que tiene la sociedad, amén de que casi siempre es incompleta
cuando finalmente puede conseguirse.
Los avances tecnológicos parecen haber pasado de largo por
las instituciones públicas encargadas de emitir información al público. Para
remate, en pocas o ninguna oportunidad es interactiva y casi nunca es
pertinente para decidir de manera eficiente con relación a aspectos relativos a
un negocio o similar.
Dicho en pocas palabras, rara vez la información pública
reúne los requisitos que líneas arriba citamos.
Es preocupante observar cómo los intereses políticos suelen
determinar la calidad de la información pública, la cual se supedita a la
valoración que a un determinado grupo le interesa dar a conocer.
Es mucho el camino que las instituciones públicas tienen por
delante para cumplir con el cometido de suministrar información confiable y
oportuna a los ciudadanos y las organizaciones.
La digitalización y la adopción de nuevas tecnología puede
influir mucho en la transparencia como emanen los datos que la población
reclama y las instituciones están obligadas a suministrar.
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