Por Mauro Libi Crestani. Cuando se observa
el panorama empresarial es posible apreciar la existencia de organizaciones
exitosas y de otras francamente desastrosas. La respuesta al porqué de esta
situación tiene que ver, en gran medida, a las personas que conforman la
empresa o emprendimiento.
Las
organizaciones giran en torno al eje que conforman las personas que integran
sus equipos de trabajo. Ellas, más que ningún otro factor, son el motor que
mueve a los negocios.
Por ser
los equipos de trabajo el conglomerado o suma de personas interrelacionadas
entre sí en pos de alcanzar un objetivo común, sus comportamientos, actitudes y
grado de comunicación, son fundamentales a la hora de contabilizar los
resultados.
Hay
energías en juego. Los equipos se mueven con la fuerza de las personas que los
constituyen, la cual viene a ser una especie de combustible, una fuerza que
contagia a quienes comparten el espacio-tiempo de un equipo en una empresa o
emprendimiento.
Estas
energías pueden ser negativas o positivas y, en tal sentido, contribuirán al
desastre o al éxito.
Entonces,
cómo determinar si los equipos de trabajo de su empresa son tóxicos o
positivos.
Veamos:
Los
equipos tóxicos están caracterizados porque en ellos se genera un ambiente o
clima enrarecido, espeso, pesado que conduce a una tensión entre sus
integrantes. Allí las buenas ideas no fluyen porque la comunicación está
dirigida a culpar a otros, a ponerse a la defensiva, a mostrarse indiferentes o
a atacar a los demás.
Pero es
posible cambiar la toxicidad de un equipo de trabajo y convertirlo en un grupo
saludable.
Para ello
es fundamental la determinación y la disposición a querer hacerlo. Es necesario
sumar esfuerzos para acabar con la inercia y el contar con una buena dirección,
con un buen coach.
Ahora
bien, los equipos saludables se distinguen porque en ellos opera la
corresponsabilidad entre sus integrantes.
No es que
no se produzcan conflictos en el seno de los equipos saludables, pero se
trabaja mancomunadamente para resolver los problemas.
La
inteligencia emocional de los equipos de trabajo saludables permite la
efectividad de las comunicaciones.
El saber
que las posiciones y circunstancias individuales afectan también al conjunto,
hace que se actúe en procura del beneficio de todos.
En los
equipos de trabajo saludable impera la confianza y cohesión, lo cual asegura la
salud. (Mauro Libi Crestani)
Se trabaja
para alcanzar los resultados pero sin tensión y más bien impera la armonía.
Fluyen las ideas y los integrantes del grupo dan lo mejor de sí mismos y lo
ponen al servicio de todos.
Sigueme @maurolibi12
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