miércoles, 10 de agosto de 2016

Mauro Libi Crestani: Conozca las virtudes y fortalezas que caracterizan al ser humano


Por Mauro Libi Crestani. En una entrega anterior referimos que la psicología positiva desarrolló un modelo que describe un conjunto de 24 fortalezas personales y de carácter agrupadas en seis virtudes, las cuales le permiten al hombre conseguir una mejor salud mental.

Apunta este modelo a enfocarnos en lo que manejamos mejor, en lo que somos realmente buenos, para desde allí, desde nuestras principales fortalezas, prestarle impulso al resto. Igualmente debemos apoyarnos en ellas para para alcanzar nuestros objetivos. El secreto está en que nos enfocamos en lo bueno en nosotros y dejamos de lado las debilidades.

Cuando el individuo pone en práctica sus fortalezas se incrementa el desempeño y se obtiene una gran satisfacción. En la medida en que las fortalezas se ensayan, mayor es el bienestar que se obtiene.


Ahora bien, como virtudes entendemos las características morales que posee el ser humano que facilitan la buena vida y optimizar al hombre.

Entre las principales virtudes tenemos la sabiduría  y conocimiento, valor o coraje, amor o  humanidad,  justicia,  templanza o moderación y trascendencia. En ellas convergen 24 caminos conformados por las fortalezas humanas.

La primera de las virtudes, la sabiduría y conocimiento, se vincula con los fines nobles dirigidos  hacia  otros. Asociadas a esta virtud encontramos las siguientes fortalezas: creatividad,  curiosidad, apertura de mente, deseo de aprender y perspectiva.

Decimos que esta virtud se vincula a las otras personas porque quienes son poseedores de las  fortalezas antes referidas sienten interés tanto por todo aquello que los rodea y por su propio  mundo interior. Mauro Libi Crestani.

Entretanto, la virtud coraje agrupa a las fortalezas que pudieran implicar el oponerse al logro de  algunos objetivos, a pesar de que esto pudiera significar el perder posición social o, incluso, la propia vida. Sus fortalezas asociadas son: valentía, perseverancia, honestidad y energía vital.

El valiente no permite que lo intimiden con amenazas, ni con el cambio o dificultades, ni siquiera el dolor. Defiende sus posiciones a costa de lo que sea. Tener coraje no significa no tener miedo, sino estimar que al haber algo más importante que él, vale la pena arriesgarse. Mauro Libi Crestani.

La perseverancia implica diligencia y dedicación al trabajo.
La  honestidad está referida a presentarse ante todos tal cual se es y sin vergüenza.
La energía vital es entusiasmo por la vida, pasión.


La tercera virtud es la humanidad referida a las acciones dirigidas a beneficiar a los demás. Asociadas a esta virtud están las fortalezas: capacidad de amar y ser amado, amabilidad y generosidad e inteligencia social.
A la disposición de siempre ayudar a otros la conocemos como amabilidad y generosidad y al disfrute de hacerlo.
Las personas capaces de amar y ser amadas están en capacidad de tener relaciones significativas  con  otros. 
La inteligencia social implica comprensión de los demás en función de una fácil adaptación al entorno.
La cuarta virtud es la justicia, la cual engloba las fortalezas que destacan el  comportamiento cívico, la ciudadanía, equidad y liderazgo.
Los justos son personas leales y dedicadas, que respetan a la autoridad aunque están dispuestos a cuestionarla. Están atentos a las necesidades de los demás.
La ciudadanía y comportamiento cívico otorgan al individuo la capacidad para trabajar armónicamente con los demás.
Ecuanimidad, equidad y justicia caracterizan a las personas que no permiten que sus sentimientos personales interfieran con sus decisiones o valoraciones respecto  a  los  demás.
El líder es dado a la organización y comandar actividades, interesado en el trabajo en equipo. Es responsable.
La virtud de la templanza agrupa las fortalezas: humildad y modestia, prudencia y discreción, autocontrol y perdón. 
La humildad permite valorar con precisión los logros y capacidades personales. La prudencia y discreción implica cautela, pensar antes de hablar. Esta fortaleza otorga protección.
El autocontrol permite aplazar los deseos y necesidades, es dominio de los impulsos.  
El  perdón es un comportamiento prosocial ante una ofensa.

Finalmente tenemos la virtud de la trascendencia que implica conexión más allá de nuestro contacto directo. La trascendencia vincula con el mundo. Sus fortalezas son: aprecio de la belleza y excelencia, gratitud, esperanza y optimismo, sentido del humor y la diversión, así como la espiritualidad, la religiosidad y la fe.

El aprecio de la belleza y excelencia refiere a personas que estiman como importante admirar el aroma de las flores. Sienten amor por la belleza y la excelencia en todas las áreas. Esta fortaleza eleva al hombre espiritualmente.

La gratitud implica consciencia por todo lo bueno que se tiene y sucede. Es aprecio por la vida.

La esperanza y optimismo es disposición favorable hacia lo que está por venir, hacia el futuro. Implica evaluar las creencias hacia sí mismo y preparación concienzuda para lo que viene.

El humor permite el disfrute y conexión con lo demás que contagia alegría.
La espiritualidad, religiosidad y fe conlleva creer en una dimensión superior que trasciende lo humano. 

 El ser humano posee las 24  fortalezas. La diferencia entre las personas radica en el orden que les otorgan en su vida. Mauro Libi Crestani.

Sigueme @maurolibi12



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