Para
todo empresario y emprendedor el tener más clientela es siempre una gran
aspiración, pero captarlos obviamente supone una inversión de la cual debe
estar seguro, pues aunque usted quiere tener nuevos clientes también desea que
estos sean los mejores.
En tal
sentido debe enfilar sus esfuerzos para que esta inversión tan necesaria
alcance el objetivo propuesto y atraiga a su negocio o emprendimiento a una
cartera de clientes de calidad.
Cuando
hablamos de inversión nos referimos, claro está a recursos económicos, pero
principalmente a tiempo, cuidados y atención. Así que invierta e inviértase en
sus clientes.
Póngase
en los zapatos de sus clientes o potenciales clientes. Entienda sus problemas e
inquietudes. Escúchelos y conozca sus necesidades y conviértase en su amigo. Es
importante no caer en interpretaciones, asegúrese que los requerimientos de su
cliente sean efectivamente lo que él pide y no lo que usted supone que
necesita.
Así sus
inversiones deberán estar destinadas a satisfacer esas necesidades.
Aunque
su clientela le traerá beneficios económicos, aprenda a no considerar a sus
clientes como una mercancía y evite que ellos sientan manipulación de su parte
en este sentido.
Enfóquese
en cómo ayudar a su cliente o potencial cliente.
Su
cliente debe ser su obsesión, en el buen sentido de la palabra. Servirle y
ayudarle debe ser un placer para usted. Interésese en sus negocios y preferencias
y procure satisfacerlas.
Esto
requiere empatía, por eso sea cuidadoso en la selección de su cartera de
clientes.
Así
tendrá una visión clara, basada en la identificación, que le permitirá
satisfacer a cabalidad sus requerimientos.
Abra su
mente a la creatividad. Visualice alternativas por más locas que estas le
parezcan en un principio. No se cierre a ninguna posibilidad. Eso sí, no
ofrezca lo que no tiene. No engañe a su cliente prometiendo lo que no va a
cumplir. Hacerlo lo llevará al desprestigio.
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